viernes, 6 de diciembre de 2019

El cuerpo en movimiento


Cuanto más nos acercamos a nuestro ser espiritual, más nos acercamos al cuerpo. 

Cuanto más nos acercamos a nuestros sueños, deseos y proyectos, más nos acercamos al cuerpo. 

Cuanto más conscientes estamos de la vida que queremos crear y de los cambios y transformaciones que implica, más nos acercamos al cuerpo.



Porque en nuestro cuerpo habitan nuestras respuestas, la guía de lo que resuena con nosotros y lo que no. En nuestro cuerpo habitamos nosotros, la parte más sabia, la que sabe, no por haber leído, razonado o interpretado, sino la que sabe porque sí, por ser dueña de sí, por ser la propia voz que habla, por haber vivido. La que dice “para mi es así, esta es mi verdad”.

El cuerpo nos avisa cuando algo nos daña, cuando algo nos saca energía, nos dice lo que necesitamos y lo que no. Y es claro al hacerlo, con dolores, sensaciones o enfermando. ¿Cuántas veces llega una gripe para obligarnos a descansar, o una tensión interna al entrar en contacto con una situación que nos da miedo? El cuerpo habla con la voz del cuerpo, sus herramientas comunicativas son nuestros huesos, músculos y órganos. ¡Es fascinante observarlo!  Tan enorme es su inteligencia que nos habla a través de lo que cada uno puede escuchar, para algunos será dolores de cabeza, para otros problemas digestivos, para otros problemas en la piel y así.  Y también nos dice lo que vibra espectacular con nuestros deseos, lo que se siente fluido, lo que nos da alegría. Y en esos tiempos nos sentimos vitales y energizados.

Siento que la mayor dificultad radica en que nos acostumbramos a pensar que la información que viene del cuerpo no es tan veraz. Que no es tan así, que no importa tanto, que podemos callarla y seguir por donde “habría” que seguir, como si hubiera que educar a esa voz, adaptarla o corregirla. Crecimos así, negando, disimulando y postergando al cuerpo, tanto, que a veces nos cuesta mucho percibir lo que nos dice. De repente, un mal humor era sueño, un agotamiento era una pésima alimentación o una falta de aire era muchísimo estrés.



Es importante aclarar que difícilmente esto sea blanco o negro, siempre estamos dando vueltas en distintas tonalidades de grises, creciendo en un área, con más dificultades en otra, moviendo la balanza entre semanas de buen descanso y buena alimentación y semanas de muchos eventos donde “tiramos la chancleta”. No se trata de rigidizarse, ni de estar 30 minutos haciendo un paneo del cuerpo para cada decisión,  se trata de darle al cuerpo validez. La propuesta es sumarla a la “mesa de decisiones”,  su voz es tan importante como las otras que ya escuchamos, y evidentemente más sabia y certera. Y sobre todo, ¡poderosa! La voz del cuerpo nos va avisando si nuestro cuerpo nos va a acompañar o no, y sin cuerpo presente, no hay nada que podamos hacer.

Y acá llega el cuerpo en movimiento

Movernos nos pone en contacto, es como un chat entre mi cuerpo y yo. “¿En qué andás? ¿Cómo te vas sintiendo? ¿Qué te tiene preocupado? ¿Qué te gustó esta semana? ¡Mirá ese lunar!..  ¡qué trabado este hombro!”  y así podríamos seguir un rato largo.
Movernos es como alimentar las articulaciones y los músculos, como darles oxígeno, darles espacio, tiempo y atención. Es una forma de entrenar esa escucha, de transformar el hábito de negación a aceptación y reconocimiento. Y entonces usar esa guía, como si pudiéramos reconocer por dónde seguir, tomando nuestro estado corporal como GPS.

En el modo en que caminamos hay información sobre nuestra historia, en la postura, en la movilidad de los huesos, en las partes que nos duelen, en las que tenemos limitación y en las que tenemos facilidad. Nuestro cuerpo es un mapa precioso de nuestro ser, y descifrarlo es parte de nuestro regalo. Entender esto nos ayuda a ver lo únicos que somos. Nada más maravilloso que el cuerpo en movimiento para reconocernos más, para tener más claridad de quién soy y cómo estoy.
La técnica dependerá de cada ser, danza, yoga, artes marciales, o lo que te guste. Lo importante es regalarnos ese espacio con nosotros. Esa conexión única repleta de información. Ese tiempo de auto valor y auto cuidado y sobre todo de amorosidad para con nosotros mismos.

Abrazo!!
Ceci Fatta

miércoles, 30 de octubre de 2019

Pensamientos de Bailarina



Siempre busco transmitir el valor que puede tener la danza (en particular) y el arte en general en la vida de las personas. Cómo al trabajar con nuestro cuerpo aprendemos a escucharlo, a cuidarlo y a respetarlo. Cómo se renueva la energía cuando nos encontramos en clase, bailando, compartiendo con otros que están en la misma. 

La apertura a la creatividad que se lleva luego a otras áreas de la vida. 

El permiso a cumplir sueños postergados. Que no importa la edad, si nunca bailé, si hace mucho que no me muevo, si creo que no tengo oído, si creo que con mi cuerpo no se puede, si alguna vez me dijeron que yo no podía bailar, nada de eso importa. Solo se necesita tus ganas.

En clase veo cómo quienes son introvertidos ganan expresividad y quienes son pura pólvora encuentran un espacio para canalizar toda esa energía y darle forma. Cómo los/as adolescentes y peques salen del celu, de la tele y van al cuerpo, a crear formas, a jugar con personajes, a aprender de música, de cómo funciona su cuerpo y cómo pueden expresar o incluso entender algunas cosas que sienten. La magia que se genera en el momento interpretativo. Y podría seguir... porque todo eso es lo que me mueve y lo que nos motiva a todos los que formamos Munay.




En mi historia personal, el espacio de danza fue siempre el espacio de mayor libertad y honestidad. El lugar donde aflojar los hombros, exhalar grande y dejar salir todas mis emocionesexpresar cosas que no tienen otra via de salida, incluso sensaciones no tan fáciles de poner en palabras, pero que con un movimiento explotan!

Hace poco una amiga me dijo "SABER QUE POR ESE MOMENTO TODO VA A ESTAR BIEN” cuando le pregunte qué era la danza para ella. 

Y en esa frase yo creo que resume algo extremadamente PODEROSO. Y es que es así. El momento "danza" queda entre paréntesis de la vida. No hay forma de bailar con la cabeza en otro lado, o pendiente de otras cosas, o de lo que tengo que hacer después. 

Bailar implica estar presente.
Bailar asegura ese momento para mí.

Bailar viene con sonrisa. Viene con pausa, con complicidad, con entusiasmo, con corazón bombeando intenso. 

Bailar viene con pasarla BIEN.


Abrazo!!
Ceci Fatta


miércoles, 18 de septiembre de 2019

3 Ejercicios básicos para mejorar tu relación con la música


La conexión de la danza con la música es sin duda fundamental, por supuesto que podemos bailar sin música, pero solemos disfrutar especialmente al hacerlo con ella. 

Muchas veces escucho una frase que parecería ser determinante de imposibilidad y es algo así como "me gustaría bailar, pero no tengo oído!". Como si fuera, por un lado, una situación que habilita o no a la otra y por el otro, algo estanco e imposible de transformar.
Y, les anticipo, yo estoy convencida de que somos seres capaces de lograr lo que queramos!!, cada quien con su proceso y en su medida.

La música no se "ve" y eso parece que la volviera más complicada, porque la vista es el sentido que tenemos más entrenado. 

La música pide escuchar, y sobre todo pide sentir. Darle lugar a áreas poco entrenadas tal vez. 

Desde mi punto de vista, la dificultad de entrar en "sintonía" con la música reside en el acelere en que la mayoría de nosotros vivimos. 
Valga el juego de palabras, el ritmo de vida nos aleja de sentir el ritmo. 

Considero que el hecho de frenar a sentir y escuchar, darnos tiempo y sensibilizar es un acto de valentía que corta el loop, como si en el medio de una línea recta apareciera un pequeño garabato. Soy fan de esos lugares, porque ahí, en ese garabato ocurre toda la magia.

Como todo en la vida, requiere práctica, ponerle atención y pasarlo a la experiencia. Si aprendimos algo de música en la escuela, fue en la primaria (allá a lo lejos y hace tiempo), y no siempre se habla de sentir en el cuerpo el pulso que la pieza musical propone, entonces, ante todo, tengámonos paciencia!


Vamos con los 3 ejercicios básicos para darle fluidez al vínculo con la música:


Hay distintos elementos en los que podríamos indagar, pero el más útil a la hora de bailar es el ritmo, el pulso, la estructura, la cuenta. En danza creamos movimientos que "calzan" de una forma específica en la música y para organizar esa unión, encontramos la estructura que tiene la música y la dividimos en partes. Encontramos el pulso y los nombramos con una cuenta del 1 al 8. Esto es lo que vamos a practicar.

Ejercicio 1- Encontrar la estructura general


Primero, elegí una pieza musical, te recomiendo que sea una canción que te guste mucho, porque la idea es usar la misma y escucharla mil quinientas veces! Esto es para ayudarnos, para que vaya siendo cada vez más fácil identificar los elementos, luego no va a ser necesario repetir tanto las canciones, vas a sentirlo en la primera o segunda vez.


El ejercicio es observar las frases más grandes de la canción. Encontrar las partes que son diferentes, pero tienen la misma jerarquía. 


Yo voy a usar "I guess that's why they call it the blues" de Elton John, que me encanta y es muy buena para ejemplificar.
En general (y en mi ejemplo), en la música popular vamos a encontrar formatos del tipo:

Introducción

estrofa (A)
estrofa (B)

estribillo 

estrofa (A)
estrofa (B)

estribillo 

estrofa nueva (C) Aparece a veces, es una parte que aporta algo nuevo, algo diferente a lo que esperábamos. Puede ser instrumental como en mi canción de ejemplo.

estrofa (B)
estribillo 

Sirve mucho usar la letra de la canción en caso que tenga. 

Esto nos da como una primera idea estructural. 

El ejercicio se trata de escuchar la música a ver dónde esta eso que se repite, eso que empieza, se desarrolla, y termina, dando lugar a un nuevo bloque.

Esta idea de los comienzos, parte del medio y cierre, es fundamental! es como la clave para entender las frases que la música propone. Y a la hora de bailar, esos lugares de comienzo son el envión de arranque a nuestro movimiento y los de cierre serán para terminar la forma (como el típico "chin pum" de los tangos!).

Luego, dentro de cada parte (A -B -C), podemos encontrar también ideas de comienzo y de cierre. Serán frases más cortas que le dan a la pieza una narración interna. Como ir entrando en corchetes, de más grande a más específico. Es súper recomendable escribirlo en una hoja! 
En mi ejemplo, (uso la letra como guía):

Introducción: contiene dos frases intrumentales iguales


Estrofa A: 
frase 1
Don't wish it awayDon't look at it like it's forever
frase 2
Between you and me I could honestly sayThat things can only get better
Estrofa B: 
frase 1
And while I'm awayDust out the demons inside
frase 2
And it won't be long before you and me run
To the place in our hearts where we hide
Estribillo:
frase 1
And I guess that's why they call it the bluesTime on my hands could be time spent with youLaughing like children, living like loversRolling like thunder under the covers
frase 2
And I guess that's why they call it the blues

Tal vez en este momento suena todo muuuy complejo, pero no lo es! Dale play a un tema y vas a ver que aparece todo. La clave es relajarse a escuchar, nada más (ni nada menos) Percibir las frases y entrar en el cuento que cuenta la canción.

Y acordate que una vez clarificadas las partes principales, es momento de permitirte sentir esos lugares de inicio, desarrollo y cierre de las frases que tienen adentro.


Ejercicio 2 - Encontrar el pulso


Este es mi favorito! porque acá la idea es relajar completamente la cabeza. Ya estuvimos visualizando la estructura de la canción, la volvimos más palpable, le dimos un marco concreto del cual agarrarnos. Ahora va el cuerpo! 

El ejercicio se trata de balancearse con la música, como si estuvieras en un recital. 

Cerrá los ojos, podés imaginarte incluso haciendo luces con un encendedor y de hecho, si te sirve, levantá los brazos y hacelo. La imagen del recital es importante porque la idea de multitud ayuda. Esto de compartir con otros una vibración, un ritmo, una marea, dejarse llevar por esa sensación suma muchísimo.

Acá es donde aparece lo intuitivo, la conexión propia del ser humano con el ritmo. Es una forma de expresión innata y si le damos espacio, empieza a resurgir. 

Cada lado del péndulo, cada lugar al que llego en mi balanceo, es un pulso. Si vas ganando confianza, podés aplaudir o hacer algún sonido (pum, tin, pan) en cada lado. (Esto es lo que luego en danza vamos a contar del 1 al 8, pero hoy no vamos a llegar hasta ahí)
Sí, puede pasar que se te desarme todo, y tengas que volver a empezar!!, llevar a la conciencia ese balanceo libre en el que estábamos no es tarea sencilla.  

Al tiempo de estar en el balanceo, vas a descubrir que hay al menos dos velocidades para este péndulo. La primera que te salió de forma intuitiva y una que puede ser al doble de rápido o al doble de lento. Si te interesa, podés probarlo. Hice un video explicando esto que tal vez te ayude en esta etapa! 


Ejercicio 3 - Caminar en Música


Y llegó el momento más intenso! unir los dos ejercicios anteriores.

Se trata de experimentar cómo funcionan esos pulsos en la estructura que teníamos identificada.

Entonces, ahora el ejercicio es caminar en cada uno de esos pulsos que encontraste, pasar del balanceo a trasladarte. En vez de aplaudir o decir "pum", hacer una pisada. Cuanto más blando esté el cuerpo más fácil será. Es necesario sentir el cuerpo flojo y relajado, estamos jugando.

Una vez que encuentres fluidez en este caminar, el desafío es hacerlo por frases. Por ejemplo, en la introducción camino en el lugar, en la estrofa A voy hacia adelante, en la B hacia atrás y en el estribillo camino en círculo.
Acá vas a poner en práctica la conexión con los inicios, desarrollos y cierres de cada frase musical.

En el ejemplo que venimos trabajando:
Introducción: 8 pasos lentos
Estrofa A: 16 pasos lentos
Estrofa B: 16 pasos lentos
Estribillo: 22 pasos lentos

Espero que disfrutes esta aventura!! y que me preguntes todo lo que te surja! es un tema que me encanta, en especial si ayuda a derribar los miedos o excusas que nos alejan de hacer lo que nos gusta!!

Abrazo!!

Ceci Fatta

miércoles, 23 de mayo de 2018

Invitar a Crecer



Para escribir este post quise reflexionar en los modos en los que el profe de danza
suma y acompaña en la clase. Hace poco le pregunté a mi maestra de yoga sobre
el tema, y muy sabia y sintéticamente me dijo algo así como que el maestro apoya al
practicante siendo ojos de lo que éste no puede ver, dando guía o información para que esa
persona encuentre el camino y el modo personal de llegar a determinados lugares u objetivos.
Invita a soltarse al que se exige o "rigidiza" demasiado y a estructurarse al que está muy
"blando". Buscar acompañar hacia el punto medio, al equilibrio.

En este camino de individuación, siento de gran importancia profundizar la percepción de lo que
necesita cada uno. Es un hermoso desafío ir reconociendo cuál es el modo que invita a cada
persona a crecer: cuándo alguien necesita más tiempo para procesar internamente, quiénes
requieren una presencia más cercana o de contención, quién disfruta de las mil correcciones y
quién necesita asentarse antes de seguir avanzando en sutilezas. A quiénes la exposición los
limita, incómoda y priva de placer y a quiénes los expande. 


  

En esta búsqueda del respeto y valoración de la individualidad, me gusta hacer un enfoque
especial en evitar la competencia entre los compañeros. Desde mi mirada es necesario que el
espacio de danza sea siempre de aprendizaje, de libertad y de "equipo".

En este tema, el profe a cargo del grupo es en gran medida responsable del clima que se genera
en la clase. Yo fui a danza de muy chica y recuerdo bastantes incomodidades vinculadas a la
competencia entre compañeros (quién iba adelante, quién iba al centro del cuadro, quien tenía
un solo, siempre eligen a tal, etc.) y cómo esa lógica implícita de que quien ocupa determinado
lugar es más valioso, me sacaba de mi. Me llevaba a tratar de ser como los que llamaban la
atención o me hacían poner muy nerviosa cuando era yo quien tenía ese lugar, como si de repente
estuviera en una posición privilegiada, con la presión de la mirada de todos y de no equivocarme.
Esas situaciones hacen que se deje de lado el registro del trabajo y el avance personal. Alejan del
presente, de ser en la máxima expresión, disfrutando del todo que se genera como grupo,
habitando el lugar que cada uno tiene sin presiones extra.

Es necesario rotar el espacio, que todos pasen por el centro y por cada lado. Que todos muestren
los movimientos de a uno. Proponer que el vínculo ente compañeros sea de estimulo a potenciar
lo que cada uno tiene, de apoyo para el crecimiento y la exploración. Que muestre lo valioso de
las diferencias.
La clase de danza es un ámbito donde conectarse con el placer, el autoconocimiento y el modo
único y personal de moverse y expresarse.

Creo, entonces, que el rol del profe es invitar a estos contextos, es acompañar a cada uno a
crecer usando como fuerza y base eso que cada uno ya tiene en su particularidad y generar el
espacio de libertad para que se exprese y valore ese mundo personal.

Cecilia Fatta