A veces nos preguntan qué nos diferencia? Tal vez preferimos
pensar en qué nos identifica, y será (tal vez) la suma de esos conceptos, lo
que nos diferencie.
Compartimos con uds nuestras premisas filosóficas que
definen nuestro modo de trabajo. Y aclaramos que esta lista está en permanente
evolución y cuestionamiento, siempre buscamos sumar, crecer.
1-
Todos podemos bailar.
Nunca vas a recibir un “para vos no”.
Creemos que lo más difícil es permitirse bailar. Permitirse el encuentro con
uno, con el cuerpo propio y con el “cuerpo grupal”. No hay una edad ideal, no hay un cuerpo
ideal, no hay un tiempo ideal. Hay momentos de la vida, y si sentís que este es
tu momento de la vida, nosotros somos felices de recibirte en nuestro espacio.
2-
Cada uno tiene su tiempo.
Su tiempo de aprendizaje, de asimilación de
los contenidos, de progreso técnico, de capacidad interpretativa. Es probable
que nosotros como docentes, busquemos incentivarte y pedirte cada día un
poquito más. Si hacemos eso, creénos, que es porque vemos que podés. Y si bien
te pedimos que confíes en lo que te sugiere tu docente, también te pedimos que
te comuniques, y si hay algo que te “supera” lo digas. No hay mejor funcionamiento
de un grupo que a través de la comunicación. Muchas veces los cuerpos asimilan
más rápido que la cabeza, (o viceversa) y quién más que vos para dar cuentas de
cómo va esa relación.
3-
Tu cuerpo es preciado, y el respeto por tu
cuerpo es fundante.
Todos podemos bailar, pero no a cualquier
precio. Cada alumno llega con un montón de facilidades y un montón de
dificultades, negarlas no le sirve a nadie, querer derribarlas de golpe
tampoco. Entonces, ante todo, cuidamos
el cuerpo y lo escuchamos. Estamos atentos a los límites que nos propone,
evaluamos si hoy podemos hacer un poquito más o si es mejor dejarlo para
mañana. Evaluamos cuándo estamos listos para animarnos a tal o cual
desafío. Aprender a percibir cómo estamos
es clave. Aprender a distinguir los “dolores”. Tener conciencia de cómo se
involucran los músculos y huesos en cada movimiento. Y si tienen dudas, les
pedimos que pregunten, que se involucren en el aprendizaje. Es probable que
haya propuestas que no todos puedan resolver en el mismo momento, pero es más
probable aún que cada uno en su tiempo, y con su proceso, lo logre.
4-
Bailar no es competir.
Y con esto no queremos faltarle a respeto a
nadie, ni hacer un juicio de valor. Simplemente creemos que bailar es algo
difícil de cuantificar. Tal vez podríamos pensar que una competencia válida
sería la de “yo de hoy” con mi “yo de hace un rato”. Y aun así creemos que es
una competencia extraña. Porque al bailar se trasluce lo más profundo y sincero
de uno mismo, lo más interno, el estado de ánimo, el lugar en donde estoy, la
charla que tuve hace un rato, la discusión de ayer, la duda, el miedo, el dolor
de espalda, todo confluye en ese aquí y ahora de la danza. Y dentro de esa
danza podemos proponernos distintos desafíos personales, pero jamás competir. Qué
es mejor que qué? Tiene algún sentido que mi compañero se convierta en alguien
con quién competir? Importa para mi proceso lo que el otro logre o deje de
lograr? Hay algo más bello que ver a una persona felíz al bailar? Se puede
competir con quién es más felíz que quién?. Concretamente, en Munay no buscamos
la competencia, buscamos el aprendizaje y el placer.
Este aspecto tiene un concreto quehacer
económico, pero lo que nutre esta decisión administrativa va mucho más allá. En
concreto, abonás una mensualidad por las clases por semana que tomes, pudiendo
combinar las disciplinas. Y ahí esta la clave, en la combinación de disciplinas
encontrarás que es muy poca la diferencia económica para darte el gustazo de
arrancar con esa otra técnica de movimiento que tanto te intriga y seduce o que
complementa perfectamente a tu entrenamiento actual. Entendemos que uno no
puede gastarse el sueldo en clases (aunque muchas veces es lo que queremos) y
también sabemos que está esa clase que es inamovible, que no podés dejarla para
probar una nueva. De ahí y de observar las
elecciones de nuestros alumnos, decidimos “perder” ganancia en pos de brindarte
posibilidades. Así quien empezó haciendo
tap, sumó Flamenco, la que venía a jazz y tap, quiso probar con danza
contemporánea, quien ama el clásico, encontró en el hip hop una forma de
liberar tensiones, y así siguen los ejemplos. Por eso, como somos todos
distintos, te proponemos que elijas tu entrenamiento según tus necesidades y,
desde ya, contás con nuestra sugerencia en caso que tengas dudas.