jueves, 2 de mayo de 2013

Algunas ideas que nos definen...


A veces nos preguntan qué nos diferencia? Tal vez preferimos pensar en qué nos identifica, y será (tal vez) la suma de esos conceptos, lo que nos diferencie.
Compartimos con uds nuestras premisas filosóficas que definen nuestro modo de trabajo. Y aclaramos que esta lista está en permanente evolución y cuestionamiento, siempre buscamos sumar, crecer.



1-      Todos podemos bailar.
Nunca vas a recibir un “para vos no”. Creemos que lo más difícil es permitirse bailar. Permitirse el encuentro con uno, con el cuerpo propio y con el “cuerpo grupal”.  No hay una edad ideal, no hay un cuerpo ideal, no hay un tiempo ideal. Hay momentos de la vida, y si sentís que este es tu momento de la vida, nosotros somos felices de recibirte en nuestro espacio.

2-      Cada uno tiene su tiempo.

Su tiempo de aprendizaje, de asimilación de los contenidos, de progreso técnico, de capacidad interpretativa. Es probable que nosotros como docentes, busquemos incentivarte y pedirte cada día un poquito más. Si hacemos eso, creénos, que es porque vemos que podés. Y si bien te pedimos que confíes en lo que te sugiere tu docente, también te pedimos que te comuniques, y si hay algo que te “supera” lo digas. No hay mejor funcionamiento de un grupo que a través de la comunicación. Muchas veces los cuerpos asimilan más rápido que la cabeza, (o viceversa) y quién más que vos para dar cuentas de cómo va esa relación.

3-      Tu cuerpo es preciado, y el respeto por tu cuerpo es fundante.

Todos podemos bailar, pero no a cualquier precio. Cada alumno llega con un montón de facilidades y un montón de dificultades, negarlas no le sirve a nadie, querer derribarlas de golpe tampoco.  Entonces, ante todo, cuidamos el cuerpo y lo escuchamos. Estamos atentos a los límites que nos propone, evaluamos si hoy podemos hacer un poquito más o si es mejor dejarlo para mañana. Evaluamos cuándo estamos listos para animarnos a tal o cual desafío.  Aprender a percibir cómo estamos es clave. Aprender a distinguir los “dolores”. Tener conciencia de cómo se involucran los músculos y huesos en cada movimiento. Y si tienen dudas, les pedimos que pregunten, que se involucren en el aprendizaje. Es probable que haya propuestas que no todos puedan resolver en el mismo momento, pero es más probable aún que cada uno en su tiempo, y con su proceso, lo logre.

4-      Bailar no es competir.

Y con esto no queremos faltarle a respeto a nadie, ni hacer un juicio de valor. Simplemente creemos que bailar es algo difícil de cuantificar. Tal vez podríamos pensar que una competencia válida sería la de “yo de hoy” con mi “yo de hace un rato”. Y aun así creemos que es una competencia extraña. Porque al bailar se trasluce lo más profundo y sincero de uno mismo, lo más interno, el estado de ánimo, el lugar en donde estoy, la charla que tuve hace un rato, la discusión de ayer, la duda, el miedo, el dolor de espalda, todo confluye en ese aquí y ahora de la danza. Y dentro de esa danza podemos proponernos distintos desafíos personales, pero jamás competir. Qué es mejor que qué? Tiene algún sentido que mi compañero se convierta en alguien con quién competir? Importa para mi proceso lo que el otro logre o deje de lograr? Hay algo más bello que ver a una persona felíz al bailar? Se puede competir con quién es más felíz que quién?. Concretamente, en Munay no buscamos la competencia, buscamos el aprendizaje y el placer.

5-      Si tenés inquietudes por distintas técnicas, te invitamos a que las profundices.

Este aspecto tiene un concreto quehacer económico, pero lo que nutre esta decisión administrativa va mucho más allá. En concreto, abonás una mensualidad por las clases por semana que tomes, pudiendo combinar las disciplinas. Y ahí esta la clave, en la combinación de disciplinas encontrarás que es muy poca la diferencia económica para darte el gustazo de arrancar con esa otra técnica de movimiento que tanto te intriga y seduce o que complementa perfectamente a tu entrenamiento actual. Entendemos que uno no puede gastarse el sueldo en clases (aunque muchas veces es lo que queremos) y también sabemos que está esa clase que es inamovible, que no podés dejarla para probar una nueva.  De ahí y de observar las elecciones de nuestros alumnos, decidimos “perder” ganancia en pos de brindarte posibilidades.  Así quien empezó haciendo tap, sumó Flamenco, la que venía a jazz y tap, quiso probar con danza contemporánea, quien ama el clásico, encontró en el hip hop una forma de liberar tensiones, y así siguen los ejemplos. Por eso, como somos todos distintos, te proponemos que elijas tu entrenamiento según tus necesidades y, desde ya, contás con nuestra sugerencia en caso que tengas dudas.